lunes, 2 de septiembre de 2013


S E M I L L  A S    A  L   V I E N T O

                             Julio/2.013

                              

 

                             G U A D AL U P E,   E S T A S   V I VO

 

Esta mañana en la radio escuché la historia de tu epopeya.

Fue en Arauca. Ante el bárbaro hucacan desatado por el gobierno de Ospina primero y luego de Gomez, q. devastaba tu tierra, tu mundo, con 3 escopetas y 17 lanzas empezaste la lucha. Las primeras armas fueron las de los primeros chulavitas muertos. Y fuiste creciendo, creciendo, hasta tener un ejército de miles de hombres.

Fueron muchos tus combates, tus hazañas.   La  mas famosa, la toma de Paez. Vestiste a tus hombres con ropas de enemigos  muertos en combate, te presentaste en la madrugada simulando ser refuerzos del gobierno. En el patio, le gritaste al capitán:

-¡Soy Guadalupe Salcedo, defiéndanse, cobardes!

No quedó uno vivo, a pesar de q. les diste campo para pelear! La misma cobardia con la q. mataban los mató.

 
Cuando la oligarquia conservadora vio q. su gobierno no podía contra el Llano alzado, (la sangre de los llaneros caidos rebrotaba convertida en combatientes, las piedras se convertian en hombres!) q. el Llano   estaba  ganando la guerra y ya se metia al centro del país (unos dias antes habian atacado la base naval de Palanquero, sobre el rio Magdalena), hizo un relevo en la silla de Bolivar y  fue el gral. Rojas Pinilla el q. te ofrecio la paz junto a los otros comandantes.

Fuiste el último en entregar las armas.

 Volviste a tu terruño…Pero… Ay, qé ingenuo tu corazón de paloma!, como a Sandino, te invitaron a la fría  Bogotá,  tan distinta a tu tierra, y en una noche aciaga  te acribillaron los policías secretos!

 Tu muerte no fue vengada, como la de Galan, Policarpa, Antonia Santos y los martires de Morillo la fueron en el Pantano de Vargas y Boyaca…

 ¿Para qué la venganza? Volver a luchar, matar, morir, pactar y ser traicionados? No hacia falta: mataron tu cuerpo, tu alma se volvió fuerza, camino, vida en toda la Patria. Han pasado las décadas y te sentimos cada vez q. te nombran, en el aire, en las canciones de tu llano, cuando se recogen las cosechas y cantan los contrapunteadores, en el beso de los enamorados, en la brisa, en nuestro corazón…estas vivo mientras los q.  mataron tu cuerpo son polvo en el viento y si acaso los recordamos es para execrarlos y lamentar q. hayan vivido.

Te he llorado hoy, Guadalupe, hermano mayor. Siempre se llorará por los mártires. Los indios ecuatorianos visten de negro…es el luto q. guardan por Atahualpa… Y cuando lo evocan, como hoy nosotros a ti, sus ojos se humedecen de lagrimas q. consuelan el alma…

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